Estaba leyendo mis lecturas anteriores, y pues me di cuenta que malutilizaba mi blogger como si fuera el diario de una lepa prepuberta, adoradora de Justin Bieber, y aún creyente ferviente de la existencia de Santa Claus. (¿NO EXISTEEE? D:) No.
Y pues bueno, ahora ya ni lo utilizo, ni siquiera para quejarme.
Aunque aquí tengo una queja, y pues quien sabe si esta sea buena.
¿Ven la imagen de allá arribita? la mayoría de ustedes sabrá quienes son, para los que no déjenme explicarles.
Ese, mis queridos lectores, es el pendejo más grande del mundo, y su adorada esposa, protagonista de algunas historias de esas que apendejan al público mexicano y no lo dejan salir de su mediocridá... y ya.
FIN.
MENTIRA.
A veces me pregunto porque el mexicano tiene esa capacidad de elegir como representante a aquel que sabe que lo va a chingar en lugar de aquel que sí lo quiere ayudar, ¿qué acaso eso es muy difícil de discernir?
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Dentro de muy poquito aquel burro de arriba entrará al frente del poder mexicano, y realmente me aterra no saber qué será de este país que, si de por sí es feo en varios aspectos muy variados, corre el riesgo de llegar a ser peor.
Lo mismo ocurre con el pueblo donde habito.
Su gobernante tiene una mentalidad demasiado deplorable, demasiado retrógrada, y pues a la gente parece no importarle mucho.
No sé lo suficiente de esto para adentrarme mucho al tema (por no decirle 'hueva'), así que mejor al rato le sigo a esto, digo, habrá segunda parte, escrita con más seriedá (es mi pretexto para no abandonarles tanto rato de nuevo, chatos)
Mi nueva novia dice que los quiere, yo no los quiero, byes. :)
