Y me encuentro aquí, una vez más, recordando tanta historia trágica por la que solía sufrir, pero esta vez no sufro, solo recuerdo con un toque de nostalgia por lo que fueron y llegaron a ser aquellos tiempos, lo que daría por volver tan siquiera a olerlos (si, vivo en el pasado, porque el presente no deja de ser simplemente fastidioso).
Recordar tu nombre me resulta una paradoja, ya que tan solo escucharlo me provocaba conflictos y sensaciones de amor muy profundos, así como tu voz era tanto hipnotizante como a la vez era un tanto vomitiva, extraño la sensación de tus suaves manos y tus labios húmedos, esos besitos tan coquetos que solo tú me dabas, tu cabello tan salvaje que provocaba desesperación, y todo eso que me encantaba de tí.
Es una lástima que todo haya transcurrido de la forma que fué, yo tenía muchas esperanzas de que tu fueras la ideal, la mujer de mi vida, aunque sinceramente ahorita creo que estoy mejor sin tí.
Lo que sentí por tí fué profundo, tanto que creo que me ahogué, y no tuve un salvavidas de donde asirme.
Y con estas palabras es como les narro que nunca podré olvidar ese cariño y desprecio como solo ella me pudo dar, pero si les platico que he podido aprender a vivir con eso en la cabeza, que no cualquiera es tan cabrón para superar algo así.
Esto puede ir dirigido a cualquiera, todas las mujeres cometen pendejadas en el amor.